Los extravagantes Fajaplores


Les compartimos una bella narración que nos inspiró la primera clase del taller. 
Un poético relato para niños acerca de la importancia de la diferencia y la aceptación del otro. 
Recomendamos su lectura
y les transcribimos a continuación una versión más cortita inspirada en la original: "Cuentos de fájaros y plores" del escritor argentino Jaime Correa.  


Este cuento comienza como una historia de pájaros y flores. 
Después algunas letras cambiarán de lugar. 
Ocurre que sabemos mucho más de pájaros que de flores. 
De las flores ni siquiera sabemos que miran y ven. 
Pero: ¿por dónde miran las flores?
Los ojos de las flores, como los de todos nosotros, 
están cerca de la boca. 
Entonces tenemos que buscar los ojos de las flores abajo de la tierra, en sus raíces, 
donde está la boca de las flores. 
Pero como nadie los busca ahí, nadie los encuentra. 
Sin embargo, las flores miran y ven. 
 Y ven las cosas diferente a como las ven los pájaros. 
Los pájaros ven las cosas desde arriba 
y las flores como si nos acostamos boca arriba en el piso. 
Esta historia comienza cuando un pájaro y una flor se atrevieron a charlar. 
Y resultó que el pájaro veía un auto ASÍ y la flor ASÁ. 
El pájaro ve una mujer alta ASÍ y la flor ASÁ.
Un vendedor de globos ASÍ y ASÁ. 
Y el pájaro le contaba a la flor cómo él veía el mundo; 
y la flor le contaba al pájaro cómo ella lo veía.
Y discutían y charlaban. 
A veces se ponían de acuerdo y otras veces no. 
Y juntos fueron construyendo el mundo. 
Resulta que los otros pájaros le empezaron a decir 
"Tú ya no eres pájaro sino fájaro porque en tu modo de ver tienes cosas de flores".
Y las otras flores le decían a la flor 
"Tu ya no eres flor sino plor porque tienes cosas de pájaros".
El fájaro se sintió solo entres los pájaros 
y la plor sola entre las flores. 
Pero se tenían el uno al otro y se hicieron amigos. 
Y así nacieron los fajaplores 
llamados así porque tienen cosas de flores y de pájaros. 
Por ejemplo: echan perfume al cantar, 
tienen patitas en forma de raíces 
y flores en lugar de plumas. 
¡Qué se yo! Miran el mundo de dos formas, 
patas para arriba arriba y patas para abajo. 
La verdad que son un poco locos y extravagantes 
los fajaplores. 
Les gusta volar bajo la tierra y enterrar sus raíces en el viento.


A partir de este relato, hicimos unos hermosos collages con pinturas, telas, papelitos de colores, algodón, y muchas cosas más! Entre ellos, les presentamos los coloridos y extravagantes fajaplores de Giuli (siete años):

Un fajaplor más fajaro que plor. 




Y un hermoso fajaplor con más cosas de plor. 




   

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